Adviento - Déjame entrar
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Ir a lo escondido, a lo profundo... descubrir la raíz de todo...

La semilla nos invita a ir a lo escondido, a lo profundo, a lo que está debajo de la superficialidad de nuestra vida. El niño despierta la vitalidad y la ternura.

Ambos símbolos son también una promesa. En la semilla, aunque no se vea, está la promesa de la flor que en el futuro, con agua y cuidados florecerá. El niño es lo mismo, es el anticipo de un ser maravilloso. Sin embargo el mensaje..., sigue siendo inquietante. ¿Quién lo dice? ¿A quién se lo dice? ¿Quién es el que quiere entrar y dónde? ¿Será el niño, o la semilla? A quién está dirigido parece ser más claro: ¡A TI! El dónde parece ser "donde brota todo, en tu corazón"

Quizá sea allí donde tienes que viajar para comprender el cartel. Quizá allí hay una semilla plantada por Alguien que anhela brotar. Quizá la semilla es un niño, o tiene que ver con él. Un niño débil, pequeño y tierno que, desde su fragilidad, llama a tu puerta pidiendo que le dejes entrar en tu corazón. ¿Y si fuera Dios el que llama a tu puerta? ¿Y si se hace niño para ponerse a tu altura? ¿Y si despierta en ti algo que ya está brotando y que tus miedos no lo dejan crecer?

Déjame entrar... Sigue siendo inquietante. Pero no parece algo difícil. Apenas tienes que hacer nada. Simplemente bajar a tu corazón, mirar al rostro de Dios, que es el de un bebé, y decirle: ¡Vale! ¡Pasa! y descubre que "La raíz de todo, en el Corazón".

 

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